martes, diciembre 30, 2025

¿Le tienes miedo al error?

 


¿Le tienes miedo a equivocarte?

Muchos de nosotros crecimos en una cultura donde equivocarse estaba penado. En la escuela, en la casa, en el trabajo. El error no era parte del proceso: era una falta, una vergüenza, algo que había que evitar.

Y así nació algo muy común: la parálisis por análisis. Pensábamos tanto las cosas que  dejábamos de hacerlas. No porque no pudiéramos… sino por miedo a la consecuencia.

¿Y cuál era esa consecuencia en nuestra cabeza?
Escenarios catastróficos.
Rechazo, burla, fracaso, castigo.

Entonces preferíamos no intentar.

Nos consolábamos diciendo:
“Así tenía que ser”,
“Los tiempos de Dios son perfectos”,
“Mejor después”.

Y ojo, no digo que la fe sea el problema. El problema es usarla como excusa para no movernos.

¿Qué pasaría si no le tuvieras miedo al error?

¿Y si en lugar de huirle… lo abrazaras?

Suena raro, ¿no?

A mí también me sonó extraño la primera vez.

Pero eso es justo lo que aprendí en la improvisación.

En impro, el error no se esconde, no se niega, no se castiga.

Se usa.

Te equivocas.
Aprendes.
Sigues.

Sin drama.
Sin culpa.
Sin quedarte atorado.

Abrazar el error NO ES:

  • Volverte su amigo y quedarte cómodo ahí.
  • Quedarte esperando a que “algo pase”.
  • Equivocarte a propósito solo por decir que estás intentando.
  • Usar el error como excusa para justificar tu mediocridad
    (mediocre = medio cree, medio se compromete).

Abrazar el error SÍ ES:

  • Aprender de lo que pasó.
  • Entender que lo importante no es el error,
    sino qué haces después de él.
  • Animarte a hacerlo, incluso con miedo.
  • Confiar en tu talento, tu experiencia y tu proceso.

En improvisación no se premia la perfección, se premia la presencia.

El error no te define, te revela

El error no habla de tu incapacidad. Habla de que estás en movimiento.

El verdadero fracaso no es equivocarte. Es no salir nunca a escena.

La vida, como la impro, no se ensaya. Se vive en tiempo real.

Así que la próxima vez que aparezca el miedo, recuerda esto:

👉 No le tengas miedo al error. Tenle miedo a quedarte congelado.

Y si te equivocas…
respira, sonríe, aprende
y sigue jugando.

 


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