lunes, marzo 02, 2015

Aprendizajes del MIL15



Mi 3er Maratón el más sufrido de todos.

11pm del 28 de Febrero, no me puedo dormir, no sé si por el nerviosismo de mi 3er maratón o porque mis esposa e hijos no pudieron viajar conmigo a Torreón, posiblemente la mezcla de varias causas.

4am, ya listo para comenzar a prepararme, tomo mi rosario rojo que ya está todo roto, y comienzo a rezar unos cuantas aves marías, eso me tranquilizaba un poco más.

545am salimos rumbo a el corporativo de Grupo LALA donde iba a comenzar esta nueva gran aventura, llegaba entrenado, alimentado, con una fuerte diarrea de unos cuantos días atrás y muy cansado por el trabajo, pero mi corazón se sentía pleno.

Días antes escribí en mi muro de Facebook lo siguiente.

Como le puedo exigir a mis hijos y/o alumnos que lo intenten, si yo nunca lo he intentado? como les puedo decir que después del dolor viene la recompensa? como les puedo pedir que den su 100% si yo no lo doy? ETC
Este 1 de marzo correré mi maratón”

Corría este maratón por tantas y tantas personas, unas todavía aquí con nosotros, y otras que ya se nos adelantaron.

Corría para poder hablarle de frente a mis alumnos e hijos, de que todo en esta vida se puede, todo se logra no solo con el deseo o la intención sino con la ferviente acción que te lleva a cumplir tus sueños.

Llegaba a este maratón motivado por terminarlo, y que si podía bajar mis tiempos iba a ser un gran plus, pero no factor para sentirme triunfador.

¿Dónde comienza el sufrimiento en la vida? Cuando nos comenzamos a comparar con los demás, pero lo que no sabemos es que cada quien carga su infierno y su cielo, y nosotros solamente vemos lo que nos conviene y lo que nos lleva a sufrir más.

Por tal motivo este maratón lo comencé a correr libre de comparación con otros corredores, dentro de mi existía el temor (que después se convirtió en realidad) de que me dieran cabalmbres nuevamente.

En el maratón LALA 2014 Sufrí 2 calambres, el primer calambre fue a la entrada de Torreón Jardín y eso aminoró mi ritmo haciéndome que me parara no por dolor sino por cansancio, pero gracias a mi amigo José Luis Moreno, pude terminar mi carrera y al pisar la meta sufrí mi 2 calambre.

Físicamente me sentía muy bien en LALA 2015, esperaba poder llegar sin pararme hasta el kilómetro 30, pues el año pasado desde el 23 me comenzaba a parar y caminar.

En esta ocasión cumplí ese sueño, corrí sin detenerme hasta el 30, ahí esperaba ver a mis papás para que me dieran un masajito y principalmente un masaje emocional, pero no los vi en ese kilómetro, y se cumplió la profecía, pisando el kilómetro 30 comienzan los calambres, pero desde ahí me di cuenta que no iba a estar sólo, una señora del público se acercó a mí y me comenzó a estirar la pierna derecha y gracias a Dios paso el inmenso dolor del 1er calambre en el gemelo derecho.

Seguí corriendo sin detenerme, pasando el kilómetro 31, 32 y entrando a Torreón Jardín sufrí mi segundo calambre dolorosísimo, y lo único que hice fue salirme de la carrera y buscar una pared para poder estirar mi pierna, de ahí comenzó el calvario, que ni siguiera en mi más terrífica pesadilla me pude haber imaginado el llegar sufrir más de 20 calambres en solo 12.195 kms.

Torreón Jardín fue un calvario, pero el Campestre la Rosita con su curva inacabable fue la muerte. Al entrar al campestre sentí que había muerto, en el kilómetro 33 desee estar muerto, en el kilómetro 35 estaba seguro que había muerto, al llegar al kilómetro 42 me sentía como Bruce Willis en sus películas de Duro de matar, me di cuenta que no 20 calambres podías acabar conmigo.

Fue un gran alivio salir del Campestre y comenzar a correr por el Blv Paseo la Rosita, aunque continuaban los calambres a cada minuto, ya me sentía en la meta.

En la deportiva me encontré a una maestra de mi hermano Mario, que además de darme a comer naranjas, se fue corriendo conmigo desde ahí hasta el kilómetro 40, siempre amorosa, hablándome, dándome masajes en las piernas cuando me detenía a trabar de estirar la pierna para detener a los terribles calambres.

En el kilómetro 41 escuche que mis padres me gritaban y volteé a verlos y vi como venían corriendo hacia mí, al verlos de la emoción sufrí 2 calambres que por poco hacen que me cayera, al momento los 2 me tomaron de los brazos y comenzaron a correr conmigo, mi padre toda preocupada por mí, y mi padre diciéndome que me ama, que un padre es capaz de hacer cualquier cosa por sus hijos, y en ese momento lo comprobé, pues mi madre sin correr nada en su vida corrió conmigo 1 kilómetro, y mi padre con problemas cardiacos corrió casi hasta el final conmigo.

En la vuelta para llegar a la Calzada Cuauhtémoc, 2 corredores de Saltillo, que por cierto no los conozco, se ofrecieron a llevarme caso cargando a la meta, yo creo que vieron muy fregados a mis papas que decidieron apoyarlos y apoyarme.

Yo les pedía que me dejarán correr, no quería llegar a la meta cargado, o en silla de ruedas, deseaba llegar corriendo, aunque por dentro me estuviera muriendo, y eso fue lo que hice, llegue a le meta, muchísimo tiempo después de lo que proyecte, pero saben algo? Llegue, y llegue llorando, no sé si por el dolor físico, o por la gran satisfacción de haber logrado una gran meta personal.

Al entrar por la meta todo fue diferente!! ya no me importaba ni el dolor, ni el golpe en el ego de haber hecho más de 1 hora de lo que esperaba, ya nada de eso me importaba, lo había conseguido, al continuar caminando por el pasillo del triunfo me encontré a mi amigo Omar, este amigo lo hice gracias al Running y a que veía mis videos en youtube (http://www.youtube.com/ChuyCruzCorre), lo abrace y comencé a lloran en su hombro!!, necesitaba un hombro donde llorar y sacar toda esa emoción reprimida, gracias Omar por prestarme tu hombro.

Y seguía caminando pues quería llegar a recoger mi medalla!! y de repente veo a los niños de la casa hogar, la cual Fundación LALA apoya (sus colaboradores son los que van y ayudan a estos bellos niños) y un nene como de la edad de mi Joshua me pone la medalla en mi cuello, eso me hizo llorar más pues supe que mi Joshua estaba en ese niño tan hermoso.

Te preguntarás? Porque pague para vivir ese sufrimiento? O acaso soy un masoquista que le causa placer el dolor?

Pues ni una ni la otra, corro porque los maratones me recuerdan que así es la vida, la vida no es un lugar amoroso, donde todo es paz y tranquilidad, es un lugar donde o sacas lo mejor de ti, o alguien más lo hará por ti.

En un lugar donde encontrarás ángeles terrenales que te brindarán ayuda, pero que a veces tu mismo ego hace que no los veas o escuches.

Corro porque cuando lo hago me siento libre, y me doy cuenta que al final de todo ese sufrimiento viene la recompensa que es más grata!!, el dolor llega a ser momentáneo, pero la satisfacción es eterna. Me doy cuenta que este dolor lo vuelvo un sacrificio (sacro = sagrado) y lo entrego a todas esas personas a las cuales dedico mi vida y mi carrera.

No corro para demostrarles, sino para demostrarme que soy capaz de alcanzar mis sueños, y de poder decirles porque tengo los pelos del burro, hazlo, te dolerá, pero sé que lo harás.

Llegue a pensar, en por qué diablos estoy corriendo, que era mejor claudicar, pero ese pensamiento fue callado por el pensamiento de tu puedes, para eso te entrenaste y sin importar el tiempo eres capaz de lograrlo.

Este fue mi 3er maratón que espero que vengan muchísimos más!!! Algún día posiblemente mis hijos corran conmigo o yo corra con ellos, y aunque ese día no llegue, seguiré entrenándome y corriendo.

Hoy 2 de marzo, me duelen muchísimo mis gemelos, un poco la cadera, ya tuve chance de platicar con mis alumnos sobre mi aprendizaje del maratón y espero poder haber sensibilizado por lo menos a uno de ellos.

Gracias por leerme, y te invito a que corras!!! Tu vida cambiará

Tu amigo

Chuy Cruz



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